Mil Doscientos Kilometros

Mi mente recorre tu cuerpo a una velocidad increíble, das rienda suelta a mi imaginación. Imagino tantas cosas con vos, deseo tantas cosas con vos. ¿Acaso me equivoco? ¿Acaso debería alejarme por miedo a sufrir otra vez? No, traicionaría mis creencias, traicionaría a las corazonadas que tantas veces me dieron felicidad. Tu sonrisa, tu mirada tierna, tu forma de acercarte a mi, todo es tan lindo...

Espero, por la salud de mi corazón, que seas alguien importante en mi vida. Me haría feliz... que seas feliz a mi lado, no quiero soportar una desilusión mas, ya que decidí dejar de lado a las que pretendían entrar en mi vida, al ver un posible futuro feliz.

Amaría pintar cada mañana suaves trazos de caricias en tu espalda, que tantas veces libero su fragancia, para traerme dulces sueños en dulces noches.
Atmósferas alegres son generadas por nuestra unión y esa perfecta sincronía que creamos con cada mirada, esas llenas de complicidad y ternura que cada dia traen mas pasión y necesidad mutua.
Me enorgullece poder llamarte “Sol”, ya que en mi vida logras a la perfección su trabajo, llenas mis días de luz, belleza y calor, y por las noches cuando la luna intenta enamorarme con su elegancia, haces que se oculte cubierta de tristeza, al ver que solo tengo ojos para tu figura.
Juro darte lo que me pidas sin que lo necesites y lo que necesites sin que me lo pidas, al fin y al cabo es lo que mereces, luego de que en tus ojos olvidara la infelicidad… No existe en mi corazón lugar para tristes sentimientos, en ese momento todo es ocupado por felicidad y ternura, que danzan en una perfecta simbiosis maravillando al público.
Desde que estas conmigo mis pasos son mas seguros y ya no oculto mis sentimientos, mientras rezo por ser cada día mas fuerte por vos, para vos, para crear un futuro digno de tu compañía.
Voy a permitir que broten mis pensamientos y fluyan hasta tus oídos, estoy exponiéndote mi corazón para que lo observes, lo único que pido a cambio es que lo cuides, si llegaras a dejar mas marcas en el y trajeras mas amor a nuestros días, nunca dejara de ser tuyo, ya que el hecho de que sea solo tuyo es algo que me enloquece…

Tanto tiempo esperando en un diluvio eterno, a que te presentes con un suave andar. Pactando con el aire, rogándole que arrastrara tu aroma hasta mí. Hoy llego ese momento, llegaste tímidamente, con tus mejillas teñidas de rojo, y una risita nerviosa.
Cada hebra de cabello del sol, brillando arrodillada ante tu sonrisa. Y la preciosa ternura que irradiabas opacando la belleza del césped a nuestros pies. Paso tras paso, latido tras latido, suspiro tras suspiro, cada momento que llegaba, traía consigo una necesidad inmensa de abrazarte, de sentirte, de tenerte por fin conmigo.
Luego sin más, la arena vino cual intrusa, suavizando el peso de nuestros pasos, que cargaban con tu fuerza de voluntad, para decirme "no". Y en el mar de tu mirada, aguardaba impaciente la hora de oír tu susurro mezclado con el viento, confesándome tu amor.
Sintiendo tus labios contra los míos, olvide como se sentía el sufrir, no había en mi corazón espacio para tristes sentimientos, en ese momento todo era ocupado por felicidad y ternura, que danzaban en una perfecta simbiosis.